Gestión del tiempo de pantallas en niños y adolescentes: cómo establecer límites saludables
- Elena Blanco
- 3 oct
- 2 Min. de lectura

Hoy en día, resulta casi imposible imaginar la vida sin pantallas. Tablets, móviles, ordenadores y consolas forman parte del entorno de los niños y adolescentes. Son herramientas útiles para aprender, comunicarse y entretenerse, pero un uso descontrolado puede derivar en problemas de sueño, concentración, convivencia e incluso autoestima.
Por eso, más que prohibir, el reto está en la gestión del tiempo de pantallas de manera saludable, enseñando a los menores a usarlas como aliados y no como enemigos.
1. ¿Por qué es importante la gestión del tiempo de pantallas?
Los estudios indican que el exceso de pantallas afecta en varios niveles:
Cognitivo. Dificultad para mantener la atención y retener información.
Físico. Sedentarismo, alteraciones del sueño o dolores posturales.
Emocional. Irritabilidad, dependencia o problemas de autoestima vinculados a las redes sociales.
Familiar. Conflictos constantes por incumplimiento de normas.
Al mismo tiempo, las pantallas bien utilizadas pueden ser un recurso didáctico, creativo y de socialización. La clave está en equilibrar.
2. Estrategias prácticas para gestionar el tiempo de pantallas
Define tiempos concretos. La Asociación Española de Pediatría sugiere limitar su uso según edad (por ejemplo, máximo 1 hora diaria en primaria).
Establece zonas libres de pantallas. El dormitorio y la mesa de comedor deberían ser espacios sin dispositivos para favorecer descanso y conversación.
Propón alternativas atractivas. Deportes, manualidades, juegos de mesa o actividades al aire libre. No basta con limitar, hay que ofrecer opciones.
Sé ejemplo. Si los adultos usan pantallas durante las comidas, será difícil que los niños no lo hagan.
Acompaña en el uso. Interésate por qué juegos, vídeos o redes consumen. El acompañamiento es más efectivo que la simple prohibición.
Utiliza contratos familiares. Acuerdos claros y visibles con horarios, tiempos de descanso y consecuencias en caso de incumplimiento.
Promueve el uso activo. Fomentar la creación de contenidos (dibujos digitales, edición de vídeos, blogs) en lugar de solo consumir.
Las pantallas forman parte de nuestra realidad, y eliminarlas no es viable ni deseable. Lo que sí podemos hacer es enseñar a nuestros hijos a usar la tecnología de forma equilibrada, consciente y saludable.
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