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Mi hijo no quiere leer: estrategias para despertar el gusto por la lectura

Niña leyendo un cuento

“Mi hijo no quiere leer.” Esta es una de las preocupaciones más frecuentes entre padres y madres. Muchos niños relacionan la lectura con tareas obligatorias, deberes escolares o exámenes, y pierden la oportunidad de disfrutarla.


Pero leer es mucho más que aprender a descifrar palabras: es estimular la imaginación, entrenar la memoria, ampliar vocabulario y mejorar la concentración. Y lo mejor es que el gusto por la lectura se puede cultivar con estrategias adecuadas.


1. Razones por las que algunos niños rechazan la lectura

  • Asociación con obligación. Si siempre leen por deber, difícilmente se sentirá placer.

  • Dificultades de comprensión. La frustración por no entender lo que leen puede generar rechazo.

  • Competencia de pantallas. Vídeos, juegos o redes ofrecen gratificación inmediata frente a la lectura.

  • Falta de referentes. Si en casa nadie lee, el niño no percibe la lectura como un hábito natural.

Entender la razón del rechazo permite aplicar estrategias más efectivas y personalizadas.


2. Estrategias para despertar el gusto por la lectura

1. Deja que elijan lo que quieren leer.

Desde cómics y revistas hasta novelas gráficas o libros de temática que les apasione, la elección es clave para motivar.

2. Momentos compartidos de lectura.

Leer en voz alta juntos o que los padres lean delante del niño genera un modelo positivo y transforma la lectura en un momento de conexión familiar.

3. Conecta la lectura con intereses personales.

Si le gustan los dinosaurios, la magia o los deportes, busca libros que hablen de esos temas. La motivación aumenta cuando la lectura refleja sus pasiones.

4. Crear un rincón de lectura atractivo.

Un espacio cómodo, bien iluminado, con variedad de libros a mano y decorado de forma acogedora invita a acercarse a la lectura por placer.

5. Combinar lectura con otras actividades.

Por ejemplo, leer un libro y luego ver la película basada en él, o realizar manualidades relacionadas con la historia. Esto genera vinculación y diversión.

6. Celebrar cada pequeño logro.

Reconocer que terminó un capítulo, que leyó en voz alta o que compartió una historia refuerza la motivación.

7. Visitar bibliotecas y librerías.

Permitir que el niño explore libros, elija títulos y participe en actividades de lectura fortalece la autonomía y el interés.

8. Paciencia y constancia.

El gusto por la lectura no surge de la noche a la mañana; requiere repetir experiencias positivas y acompañamiento sin presión.


Fomentar la lectura es un proceso de descubrimiento y acompañamiento. La clave está en transformar la lectura de obligación en placer y curiosidad, ofreciendo elección, ejemplo y experiencias atractivas.


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